Hola Pantus!
No os pasa que al llegar esta época del año, os pirraríais por hacer las maletas, alejaros de todo y perderos por una encantadora ciudad europea, para disfrutar del ambiente navideño?
Pues este año no puede ser! pero hace unos cuántos (ya muchos, demasiados) viajamos a Praha por estas fechas.
No sé si habeis estado en Praha alguna vez, pero es una ciudad mágica, encantadora...fácil de recorrer porque no es muy grande, romántica, con una gran oferta cultural, gastronómica...si teneis la oportunidad de visitarla, no lo dudeis ni un momento!
El encanto de visitarla en estas fechas, es que el ambiente navideño invade la ciudad. Abetos decorados, calles iluminadas, paraditas con productos típicos, música por todas partes...
Eso sí, hace muuuucho frío, así que cualquier tentempié calentito es bienvenido...estos rollitos dulces son muy típicos y están deliciosos!!! con un vinito caliente....tienes pilas para rato ;)
Quizás la plaza más conocida de la ciudad es la Plaza Vieja, donde está la conocida iglesia de Nuestra Señora en frente de Týn, el famosísimo Reloj Astronómico con su baile de figuritas y el ayuntamiento. Precisamente en esta plaza es donde se instala el mercado de Navidad. El sitio ideal, para adquirir un buen gorro de lana!!!
La conocidísima fachada gótica de Nuestra Señora en frente del Týn...nombre extraño donde los haya!
A mis espaldas (con mi súper melena que echo tanto de menos) el Ayuntamiento.
El famoso Reloj Astronómico provoca la tortículis de los viajeros que se acercan a él.
Otra de las opciones maravillosas que ofrece Praha es poder escuchar conciertos de música clásica en sus iglesias. Eso sí, abrigaros porque dentro, sentaditos...uno se congela!
Una de las visitas impresincibles es la del Puente de Carlos, quizás el monumento más famoso de Praha, que cruzando el río Moldava, comunica la Ciudad Vieja, con Malá Strana, el barrio donde se encuentra el Castillo de Praha. Allí hay puestos donde comprar láminas preciosas de la ciudad y músicos ambulantes que crean un ambiente mágico...
Otro imprescindible de la ciudad, es la zona de Hradcany, donde se encuentra el Castillo de Praha, la mayor fortaleza medieval del mundo. Allí se encuentra la catedral de San Vito, la mayor obra gótica de Praha.
En la zona, dentro del
Castillo, se encuentra el llamado Callejón de Oro, una minúscula calle
que debe su nombre a los orfebres que la habitaron y donde vivió Kafka.
La calle parecía hecha a mi medida ;)))
Las vistas desde el Castillo
son maravillosas...y si tienes la suerte de pillar un día soleado,
después de una gran nevada...todavía son mejores. Me sobraba hasta el
gorro! Yuhu!
Pero como os decía...parte del encanto de la ciudad, radica en recorrer sus calles...perderse y dejarse llevar!
Caminando
por la ciudad es imposible no darse cuenta que las marionetas son un
producto típico de la ciudad. Hay auténticas joyas de tiendas donde
poder admirarlas...y si como yo, os encantan, pues seguro que acabais
con una en la maleta!
El teatro negro, es una de las ofertas culturales más sorprendentes de la ciudad. En
estas obras, los actores están completamente vestidos de negro y actúan
sobre un fondo negro. Esto hace que el espectador sólo vea lo que los
actores desean mostrar.
Objetos iluminados, artículos fosforescentes o personajes flotando son
algunos de los elementos que hacen especial este arte. Yo salí
fascinadísima!
Si le teneis miedo al frío del norte de europa....razón no os falta...mirad esta foto y vereis que calor, calor...no pasareis!
Pero la gran oferta gastronómica de la ciudad, ayuda a calentarse por dentro, y eso también se nota por fuera. Platos riquísimos y calóricos, como el típico Goulash de carne, para entrar en calor.
Bueno Pantus, con la panza caliente me despido de vosotr@s, esperando que os haya gustado este post viajero!
Y echando de menos a grandes personas...aprovecho para desearos unas felices fiestas!!!
Hasta la semana que viene!!! Si es que hoy no se acaba el mundo....y si acaba hoy...que os pille haciendo algo que os guste ;)
SMUAK!!!